Diosa de la
samba
Su belleza es inusual,
Hasta estremece la mirada
Que la observa desde lejos.
Al ritmo de una samba,
La diosa hace palpitar
Los corazones, como si de
fuego
Se tratase.
Y es que de ella arde
La pasión, una llama
encendida,
Que brota de sus ojos
Y deja estupefactos a los
que la ven.
Y es que su cuerpo
Pide samba,
Que recorre por las venas
Junto a la sangre,
Para hacerla arder
De emoción.
Y vibrando entre sus ritmos
De caderas,
La diosa baila,
La diosa se engrandece.
Y avivó la llama de su
mirada,
Naciendo de sus labios
Una sonrisa, de la cual
Brotaba un brillo que
deslumbra.
Y bailaba, bailaba,
Bailaba hasta el amanecer,
La Diosa de la samba
No paraba de bailar,
Parecía ser eterna
E inmortal.
Enamoraba a aquellos
Que se dejaban llevar,
Por el ritmo de sus caderas.
Ella es y siempre será
Única, llevando en su ser,
El ritmo de la música,
Que alimenta al alma, en
cada paso que se da.